El Frt. James Jimson está haciendo su experiencia OTP en Hungría. Llegó a Hungría el 8 de octubre de 2019. Describe su programa de formación en el extranjero como significativo y enriquecedor. Esta es su historia.
No fue tan fácil para mí decidir mudarme a otra parte del mundo como seminarista, pero creía en la gracia de Dios, que Él me cuidaría en esta misión. En el primer año de mi programa OTP, hice el curso de idiomas durante dos semestres. El idioma húngaro es uno de los idiomas más difíciles de aprender. Al principio, me costó mucho entender y responder a las personas, incluso en conversaciones sencillas. A medida que pasaban los días, pude experimentar la complejidad del idioma. Tuve la posibilidad de recibir ayuda de los Padres y Hermanos que con alegría y paciencia me escucharban y me corregían a medida que avanzaba en mi aprendizaje del idioma. Otro cambio significativo que traje a mi vida fue aceptar una nueva cultura y una nueva forma de estilo de vida, especialmente con la comida, la ropa, el clima, etc.
El programa de inculturación y mis estudios de idiomas me ayudaron a aprender más sobre la historia de Hungría y el origen de su cultura. La pandemia inesperada de coronavirus también ha afectado parcialmente a mi programa OTP. Sin embargo, todavía estoy agradecido con Dios por protegerme y mantenerme a salvo. Inicialmente, no fue fácil adaptarse a la comida. También tuve la experiencia inolvidable de mi primer invierno con nieve. Hacía frío. Ahora estoy en nuestra parroquia de Köröm haciendo mi ministerio. La gente de aquí es muy acogedora y generosa en su acercamiento a los misioneros. Participo en todas las actividades parroquiales y presto mi ayuda en nuestros ministerios.
Después de estar en Hungría durante el último año y medio, decidí continuar mis estudios teológicos para experimentar profundamente la vida y la cultura húngaras. El celo y el espíritu de la sociedad siempre me inspiran. Doy lo mejor de mí por el interés de nuestra misión.
Frt. James Jimson SVD