La reforestación en la parroquia Quingeo se viene realizando desde el año 1998. Quingeo es una de las parroquias donde la mayoría de sus tierras son erosionadas, debido al mal uso de los suelos, la tala de árboles, las quemas frecuentes, la desaparición de los chaparros por la extensión de la agricultura ganadería, el abandono de los campos por la migración, etc. y sobre todo, por la falta de orientación y conciencia en la población en cuanto a tener respeto y armonía con la naturaleza.
Todas las comunidades de la parroquia tienen un alto porcentaje de suelos erosionados que son inservibles para la agricultura. En vista de esta realidad, desde la pastoral social parroquial y coordinación con las comunidades, se ha planteado proyectos de reforestación que van unidos a los de producción, para lo cual se ha partido de un amplio programa de formación y capacitación de la población con temas relacionados con el cuidado y protección de las fuentes de agua, el peligro y consecuencias de las quemas, la importancia de reforestar y la recuperación de las plantas nativas. En el año de 1998 se reforestaron 6.000 plantas de diferentes variedades. De esta experiencia surge el afán de continuar reforestando y cambiando la realidad de la parroquia.
Importancia
La reforestación es muy importante para recuperar la vida, estabilizar los suelos, conservar el agua, purificar el aire, etc. Mediante las hojas que caen, los árboles proveen materia orgánica al suelo fertilizando, aumentando su volumen, y su capacidad de absorción de agua. Mediante la reforestación se aumenta la capacidad de retención de agua de los cerros. Durante la época de las lluvias, aminora las crecientes de los ríos, permitiendo que los mismos tengan un mayor caudal de agua en la época invernal de sequía. Los bosques aumentan la calidad paisajística de la zona.
La reforestación es una tarea de todos, por lo tanto se ve la urgencia de comenzar con esta actividad en todas las comunidades de la parroquia y el mundo. Se inicia con los agentes de pastoral y los niños de la catequesis, tomando en cuenta que son estas personas son las más conscientes y quieren dar ejemplo a los demás. Luego a través de los proyectos de desarrollo, se trabajo con la gente a cerca del tema, porque las consecuencias son cada vez más notables y repercuten en la agricultura y ganadería, por lo tanto se construyeron huertos agroforestales, cercas vivas, microreservorios. Producir las plantas en la misma zona, se construyeron 6 viveros forestales en comunidades de la parroquia donde la misma gente de las comunidades guiados y apoyados desde el proyecto de desarrollo, producen una gran variedad de plantas forestales, frutales, ornamentales y medicinales, para luego ser repartida y sembradas en la mayoría de las comunidades.
Desde que se inició con la reforestación en Quingeo se han sembrado más de 400.000 plantas, de las cuales no todas se mantienen debido a la falta de cuidado de la población y por las quemas, sin embargo se puede constatar una cantidad considerable y notable de plantas nuevas en las áreas deforestadas, como cercos vivos, en las fuentes de agua.
Cabe destacar que cada vez crece en la población la conciencia de conservar y cuidar la naturaleza como parte importante de la vida. Un logro es la coordinación con las escuelas. Niños y profesores apoyan la reforestación especialmente en las comunidades donde están ubicados los viveros forestales. Dicha actividad fortalece y garantiza la continuidad de esta actividad, y sobre todo los viveros se han convertido en espacios de aprendizaje, allí pueden ver y hacer sus prácticas.
Actualmente contamos con seis viveros forestales, en los cuales se están produciendo un total de 20.000 plantas de diferentes especies, en cuanto a los forestales se producen plantas nativas que ayuden a preservar y proteger las fuente de agua y evitar la erosión, como son: aliso, quizhuar, álamo, quinua, sauce, tilo, retama, molle, acacias, urapán, cedro, etc. y una gran variedad de frutales y medicinales. Cabe resaltar que la producción de todas estas plantas, al realizarse en la misma zona garantice la adaptación y por ende crecen sin dificultad, lo que no ocurre cuando se traen las plantas de fuera de la parroquia mueren la mayoría.
En cuanto al financiamiento, al inicio del proyecto hemos contado con el apoyo financiero de Caritas de Austria, para lo que es la infraestructura de los viveros, semillas, herramientas, malla de cerramiento, fundas, etc. ahora se construyen con la misma comunidad reutilizando materiales del medio.
Reforestación y escases de agua
El agua, objetivamente, es un bien natural común, vital e insustituible. Sucede que vivimos en una época histórica en la que el modo de producción dominante hoy globalizado transforma en mercancía literalmente todo, hasta las cosas más sagradas y vitales. Los derechos humanos inalienables son rebajados a necesidades humanas. Para satisfacerlas hay que obedecer a las leyes de la oferta y la demanda, propias del mercado. Sólo tiene derechos quien pueda pagar y sea consumidor, y no quien es persona, independientemente de su condición económico-social. Es una traición a los ideales de la modernidad.
El agua dulce, por ser un bien cada vez más escaso -solamente el 0,7% es accesible al consumo humano- cada vez se cotiza más y se transforma en objeto de la codicia mundial. Hoy existe una carrera frenética entre grandes multinacional para privatizar el agua, transformarla en recurso hídrico y en mercancía con la que se puede ganar mucho dinero. Se ha cuidado de deshacer la comprensión humanística y ética de que el acceso al agua es un derecho humano fundamental. Se ha conseguido reducirla a una necesidad como cualquier otra, cuya satisfacción debe ser encontrada en el mercado. Fue lo que efectivamente declaró el Segundo Foro Mundial del Agua en el año 2000: el agua ya no es un derecho inalienable sino una simple necesidad humana.
Ahora ha comenzado una guerra encarnizada por el control del acceso al agua potable. Quien lo controle tendrá poder de vida o muerte sobre millones y millones de personas. Hoy 1.600 millones de personas tienen grave insuficiencia de agua y en el año 2020 serán ya 3.000 millones de una humanidad con 8.000 millones de personas. Éstas podrán ver negado el acceso al agua porque no tendrán cómo adquirirla y estarán en peligro de muerte.
Hace tiempo el vicepresidente del Banco Mundial, Ismali Serageldin, decía con razón: «si las guerras del siglo XX fueron por el petróleo, las del siglo XXI serán por el agua potable».
¿Cómo enfrentar las hidroma-fías y evitar las guerras por agua? En primer lugar, demoliendo la comprensión materialista que subyace a la lógica de las privatizaciones del agua. Ésta, al considerar todo mercancía, destruye cualquier sentimiento ético, ecológico y espiritual ligado directamente al agua. En segundo lugar, rescatando el sentido originario del agua como matriz de todas las formas de vida sobre la Terra. El agua, igual que la vida, jamás debe ser convertida en mercancía. En tercer lugar, creando -como muchos ya están proponiendo- la conciencia de que hay que hacer un necesario pacto mundial sobre el tema del agua ya que todo el mundo la necesita para vivir. Finalmente, en nombre de esta conciencia planetaria no hay que conceder ningún derecho a privatizar el agua. Ella debe ser excluida de las negociaciones comerciales a nivel mundial. El agua es un don que la naturaleza ofreció a la vida y a cada uno de nosotros. El 70% de nuestro cuerpo está compuesto de agua. Por ser todo esto, el agua constituye una de las figuras más significativas de lo Divino que está en nosotros y en el universo y de la sacralidad de toda la vida. ¿Cómo cuidarla y no luchar por ella?
Dna. Alevira Mejia
Misionera Laica del Verbo Divino
Ecuador